Al presidir
el curso
"Farmacología
de la
reproducción
masculina",
el
especialista
comentó
que la
principal
disfunción
es la
eréctil,
a la
cual le
sigue la
eyaculación
precoz,
cuya
incidencia
ocurre a
menor
edad.
Fernández Guasti expuso que en la mayoría de los casos las disfunciones de ese tipo en los hombres inician entre los 30 y los 40 años de edad, y alcanzan su pico o punto más alto a los 50 años.
El
presidente
de la
Academia
de
Investigación
en
Biología
de la
Reproducción
A.C.
señaló
que
estas
disfunciones
cobran
importancia
dependiendo
de las
diferentes
etapas
de la
vida del
hombre.
"Cuando
se es
joven la
masculinidad
reside
en los
genitales
y no hay
problema
de que
resida
ahí,
porque
hay una
baja
incidencia
en
alteraciones
sexuales
a esa
edad;
pero
conforme
los
individuos
vamos
creciendo
o nos
vamos
haciendo
de
ciertos
años,
vamos
cambiando
la
residencia
de
nuestra
sexualidad",
expresó.
La
masculinidad
en
etapas
más
avanzadas
de la
vida no
sólo es
genital,
añadió,
"sino
que la
vamos
integrando
más a
nosotros
mismos y
puede
ser más
emocional
en la
década
de los
30,
algunos
dicen
que se
va a la
cartera
en la
década
de los
40 o los
50,
aunque
ciertamente
va al
sistema
nervioso
de
manera
muy
importante".
El
investigador
reconoció
que las
estadísticas
sobre
las
disfunciones
sexuales
en
varones
son poco
claras,
porque
estos
problemas
de salud
masculina
son de
reciente
reconocimiento
y por
ello son
entidades
nuevas
en el
estudio
y
desarrollo
de
novedosos
fármacos.
Al
respecto
comentó
que la
andropausia,
que es
la
pérdida
de los
niveles
de
andrógenos,
también
es algo
poco
reconocido
en el
mundo no
solamente
en el
ámbito
clínico,
sino en
general
entre la
población
masculina,
pues "se
considera
que los
varones
no
pasamos
por esa
etapa".
En contraste, explicó, en las mujeres está muy reconocida la declinación en la actividad reproductiva y en los niveles de las hormonas. Información elfinanciero.mx
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