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						Pobres por nacimiento y pobres por decisión personalPor Rigoberto Puentes
 La causa raíz de sus problemas económicos no se
  encuentra en el monto de sus ingresos sino en su falta 
						de educación financiera. Desde el punto de vista de su origen, existen dos tipos 
						de pobres: los que lo son de nacimiento y aquellos que 
						lo son por decisión personal.
 
						Circunstancias 
						desconocidas hacen que unas personas nazcan en cunas de 
						oro y otras en catres de rastrojo. 
						Las últimas no son 
						culpables de su pobreza: han aparecido y se han 
						desarrollado en hogares o no-hogares en los que el 
						ambiente que los rodea los aprisiona y les dificulta 
						salir de la miseria.  
						Se requieren esfuerzos 
						casi sobrehumanos para escapar de la misma. Solamente 
						unos pocos logran la hazaña de superar ese estado, 
						generalmente espoleados por padres inteligentes que 
						comprenden que sus hijos también tienen derecho a 
						disfrutar de las cosas buenas de la vida… y a costa de 
						grandes sacrificios consiguen que se eduquen y aprendan 
						un oficio o una profesión que les permita sobreponerse a 
						su estado original…  
						Pero las primeras…, 
						aquellas personas que favorecidas por las circunstancias 
						del azar nacen en hogares de familias acomodadas, en 
						ambientes en los que la educación superior es parte de 
						la cultura familiar, que se forman en oficios o 
						profesiones que les generan ingresos aceptables que les 
						permitirían vivir cómodamente..., ellas no tienen 
						justificación para ser pobres.  
						Si lo son es por decisión 
						personal, por dejadez, por negligencia, por no querer 
						tomarse el trabajo de aprender a administrar sus 
						recursos financieros. Son personas que eligen gastarse 
						todo lo que ganan, o más de lo que ganan. 
						Convencidas de 
						que su problema se debe al volumen sus ingresos, 
						intentan solucionar esa situación involucrándose en 
						peligrosos proyectos, pirámides y otras aventuras 
						financieras, sin medir el riesgo; o soñando con ganarse 
						la lotería, o con la esperanza de que el próximo 
						negocio… ese sí va a ser el que los saque de su 
						situación actual y de noche a la mañana va a 
						convertirlos en los nuevos Carlos Slims o Donald Trumps… 
						Algunos, la minoría, con 
						el tiempo, son lo suficientemente inteligentes como para 
						aprender de sus propias experiencias (costosas 
						experiencias), ser autodidactas y desarrollar disciplina 
						financiera que poco a poco les permite empezar a generar 
						riqueza; pero otros, la mayoría, jamás desarrolla esa 
						cultura y transitan por los pasillos de la vida 
						quejándose de su mala suerte, sin llegar a comprender 
						que la causa raíz de sus problemas económicos no se 
						encuentra en el monto de sus ingresos sino en su falta 
						de educación financiera.  
						
						¿Para 
						qué sirve la educación financiera? 
						A. 
						Nos capacita para administrar eficientemente el dinero, 
						haciendo que éste alcance para los gastos comunes y que 
						quede un remanente para ahorrar.
 
						B. 
						Nos permite “ver” oportunidades de inversión que 
						generalmente pasan desapercibidas para un ojo no 
						entrenado financieramente. En los mercados, muchas veces 
						se presentan situaciones que son verdaderas gangas…, 
						para quienes logran reconocerlas y ejecutarlas. 
						 
						C. 
						Nos protege contra malas inversiones: El mundo está 
						plagado de tiburones financieros que prometen ayudarnos 
						a ganar dinero fácilmente, pero que al final resultan 
						siendo pirámides u otro tipo de trampas financieras.
						 
						D. 
						Nos ayuda a mejorar nuestra capacidad para anticipar y 
						sopesar los riesgos y amenazas que puedan afectar a 
						nuestra salud, nuestra vida o nuestros bienes, y nos 
						muestra alternativas para evitarlos o enfrentarlos de 
						manera tal que causen el menor daño posible. 
						E. 
						Nos ayuda a mejorar nuestra habilidad para negociar: El 
						conocimiento de conceptos básicos, tales como interés 
						compuesto, porcentajes, amortización, etc. son 
						fundamentales para negociar la adquisición o venta de 
						bienes. La educación financiera nos enseña cómo, con el 
						uso de simuladores financieros, estos conceptos son muy 
						fáciles de aprender y aplicar. 
						F. 
						Nos ayuda a optimizar el pago de impuestos.  
						G. 
						Y lo más importante de todo: nos genera tranquilidad de 
						espíritu. El hecho de saber que nuestra situación 
						económica está bajo control contribuye enormemente a 
						llevar una vida placentera, disfrutando de las cosas 
						buenas que la misma nos ofrece y durmiendo profundamente 
						todas las noches, sin premuras económicas, sin deudas 
						fuera de control, en fin, sin angustias relacionadas con 
						dinero…  
						La diferencia entre una 
						persona educada financieramente y otra que no lo está, 
						se puede medir en miles de millones de pesos, el 
						problema está en que, en la mayoría de los casos, esa 
						diferencia sólo se hace notoria cuando ya es demasiado 
						tarde para remediarla.   
						
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